miércoles, 3 de noviembre de 2010

El sueño de Tolkien

Todavía resuenan en mi cabeza las canciones compartidas junto a los viejos y nuevos amigo que nos acercamos a Valencia a disfrutar de la XVI EstelCon, organizada por el Smial de Edhellond.

Hacer una crónica de los acontecimientos acaecidos en ella sería injusto, puesto que una es una humilde elfa enana, y no puede ser omnipresente (ya quisiera), por lo que no me quedó más remedio que perderme algunos eventos.

Aún así, estoy dispuesta a contar mil anécdotas delante de un buen colacao...

Lo que sí puedo contaros es lo que me llevo de esta EstelCon.


Sin querer desmerecer las anteriores a las que he asistido, he de decir que ha sido la más especial para mí hasta el momento.

El reencuentro con amigos tan queridos, el poder conocer a muchos otros con los que había hablado por internet, o ni si quiera eso...

El volver a oír como se entonan canciones que me resultan tan especiales como "Los Enanos van a la guerra", pese a que el sentimiento de soledad por no poder compartir eso con gentes de mi smial se hiciera tan palpable...

Ver como el trabajo en grupo de personas maravillosas y entregadas a la causa de Tolkien da sus frutos, y de una manera inolvidable, teniendo en cuenta desde el más mínimo detalle (como puede ser el tema de la identificación/horario) al más complicado (la elección del lugar, la organización de las actividades), pasando por la decoración del lugar, la distribución de los asistentes, el estar disponibles a todas horas para ayudarles, y siempre con una sonrisa en la boca...

No importaba lo que necesitases, siempre había alguien de la organización, o un escudero, que muy amablemente te ayudaba en lo que podía. Y siempre con buenos modos.

Tanto desde la organización (con el musical, el rol en vivo, etc, etc.), como desde los smiales participantes con sus actividades, (especialmente recuerdo en mi caso las actuaciones de Númenor y Pelargir), han cargado de energía mi corazoncito tolkiendili de una manera que me va a ayudar a enfrentarme a los nuevos retos que me esperan en Las Minas de Durin con la cabeza bien alta.

Las risas, la complicidad, la amabilidad, el debate tierramediero más ardiente, la conversación más chorritonta, las canciones clásicas, las nuevas, las lecturas a lágrima suelta, los aplausos que no acababan nunca, la emoción del trabajo premiado, las nuevas generaciones de STEeros, sus primeros pasos en el mundo que Tolkien nos legó, el disfrutar de un brindis entre amigos, de una buena pitanza a la salud de Tolkien y los amigos ausentes...

El abrazo final entre dos personas que se repite varias veces porque cuesta en verdad el momento de separarse hasta...a saber cuándo.


La Estelcon de Edhellond me ha enseñado que hay mucho talento ahí afuera, mucho compañerismo, muchas ganas de hacer cosas nuevas, de llevar a Tolkien por el mundo de forma innovadora, creativa. Pero sobre todo, que todos llevamos a un Sam dentro, que es capaz de darlo todo por las personas que le importan. El problema es que a unos se les nota más que a otros.

Mucho podría decir, y nada haría justicia a lo que he vivido estos días.
Me llevo mucho cariño de Edhellond, mucha diversión, muchas lágrimas de emoción, agujetas en los brazos de aplaudir en cada actividad, nuevos amigos, viejas amistades reforzadas, regalitos que me ayudarán a tener esas experiencias en modo tangible.

Pero sobre todo, me llevo el sueño de Tolkien más vivo que nunca en mi corazón.



GRACIAS EDHELLOND.
HANTALË, MELLYN.

S.